Fotos del autor
Por Alejo Irigoyen
Cuba, la bella Isla, tiene cosas y gentes muy especiales. Playa La Boca, de la provincia de Camagüey, tiene personas y tiburones de otro planeta. Hace 27 años existe un vínculo entre un grupo de buceadores cubanos y tiburones Toros. Los primeros verdaderos expertos del medio marino y comportamiento animal.
Los segundos son verdaderas bestias del mar, depredadores topes de los ecosistemas marinos cálidos alrededor del globo. También son considerados una de las especies más peligrosas para el hombre por los ataques que realizan a bañistas y surfers, principalmente en Brasil y Australia. En playa la Boca se portan bien y desde hace tiempo.
Que se porten bien no significa que sean dóciles, los buzos que realizan la actividad de acercarse y alimentarlos manejan sutilezas, algunas imperceptibles, que tienen que ver con la forma de alimentarlos, como acercarse y que movimientos hacer (y sobre todos cuales no) según la actitud y comportamiento de los tiburones a cada momento. En este punto esta una de las cosas más increíbles de la experiencia del buceo con tiburones, en ver la maestría de los guías en llevar adelante su tarea.
Además, claro, la experiencia de contemplar estas verdaderas maravillas naturales en su hábitat es indescriptible.
A 5 minutos de playa la boca, en el canal de la Bahía de Nuevitas, se encuentra desde 1905 hundido el buque Ingles Nuevo Mortero. Se ubica a pocos metros de la costa sobre una pendiente que va desde los 5 a los 25 de profundidad. Este es el sitio donde empezó todo y hasta el día de hoy se bucea con tiburones.
El buceo se realiza en el momento de cambio de marea cuando se detiene la corriente por unos minutos. Se desciende desde la orilla y al llegar sobre la profundidad máxima de buceo se produce el encuentro con los tiburones en un entorno natural increíble. Decenas de especies distintas de peces, corales y esponjas enmarcan la experiencia. Los imponentes tiburones sin duda dejan en la mayoría de los visitantes grabado en sus retinas imágenes y recuerdos de sensaciones únicas.

