Contaminación de los alimentos por cesio radiactivo décadas después. Foto: La Vanguardia
El hecho de que el cesio radiactivo se encuentre en los alimentos después de las pruebas nucleares de mediados del siglo XX muestra que cuando los seres humanos introducen algo dañino en el medioambiente, se quedará allí durante generaciones, dijo Jim Kaste, director de Programa de Ciencias y Políticas Ambientales en el College of William and Mary.
“Que todavía podamos medir en los alimentos el 137Cs [cesio-137] de las pruebas de armas nucleares mundiales después de que hayan transcurrido 2 vidas medias es una indicación de cuán importante fue la contaminación en las décadas de 1950 y 1960”, dijo Kaste, profesor asociado de geología y autor principal del estudio sobre el tema, a Sputnik.
El estudio, publicado en la revista científica Nature Communications a fines de marzo, reveló que al menos 68 de 122 muestras distintas de miel en los estados del sureste de EEUU muestran cantidades de cesio-137.
El elemento radiactivo es una reliquia de numerosas pruebas con bombas, que fueron realizadas por EEUU en las Islas Marshall y la Unión Soviética en el archipiélago de Nueva Zembla en el Océano Ártico, que ahora es el territorio del norte de Rusia.
Kaste señaló que la lección principal es que los contaminantes que imitan a los nutrientes, como el cesio-137, que imita al potasio, pueden ser reciclados por la vegetación durante más de medio siglo en ciertas áreas debido a las propiedades del suelo.
Las abejas traen los contaminantes que están presentes en el néctar de origen vegetal a la colmena y los concentran mientras producen miel. Foto: prensa-latina.cu