Estas propiedades tan singulares hacen que los cúbits puedan compartir información de manera totalmente instantánea a pesar de estar separados por distancias enormes. Y además estas cadenas de información entrelazada conforman una forma de encriptar la información a la que no se puede acceder desde fuera sin que el emisor y el receptor lo sepan.

La red de tres nodos que ha puesto en funcionamiento el equipo de la universidad de Delft es una versión muy primitiva del internet cuántico, su descubrimiento pone las bases para su futura arquitectura. El equipo consiguió transmitir y almacenar con éxito la información entre los tres dispositivos y establecer un red cuántica operativa por primera vez en la historia.

“Con esta primera red ya conseguida, tenemos un banco de pruebas único para desarrollar la Internet cuántica”, comenta a Inverse el Ronald Hanson, el investigador principal del estudio. “Trabajaremos para mejorar su funcionalidad aumentando el rendimiento y el número de cúbits en los procesadores”.

Pero para que el internet cuántico sea una realidadtodavía queda mucho por hacerademás de lo que comenta Hanson. Hay muchos laboratorios de investigación probando distintos materiales para encontrar los que transmitan cúbits de la manera más eficientes. Además haría falta crear una estructura, ya sea de fibra óptica o por satélite para que este las partículas puedan llegar a todos los puntos del globo. Aunque una vez dos cúbits están enlazados ya no necesitarán viajar para compartir información porque permanecerán conectados a pesar de la distancia.

El internet cuántico como impulsor de conocimiento

El internet cuántico no significa la desaparición del actual. Seguiremos mandando emails y mensajes con emoticonos de la misma manera que lo hemos estado haciendo hasta ahora. Pero al igual que este internet fue evolucionando hasta cambiar totalmente nuestra manera de comunicarnos y de compartir conocimiento, su hermano cuántico promete hacerlo a muchísima mayor velocidad y con más seguridad, aunque con fines distintos.

La aplicación práctica más clara de este nuevo internet está en el campo de la ciberseguridad. La transmisión de datos tradicionales se pueden encriptar con un sistema de distribución de claves cuántica, una especie de contraseña a prueba de cacos. Cualquier intromisión de alguien que no sea el que ha mandado el mensaje y el que lo tiene que recibir será inmediatamente detectada por el sistema.

Conectarse a una red de este tipo además da acceso a la enorme capacidad de procesamiento de estos ordenadores cuánticos—cien millones de veces más rápidos que los tradicionales— sin tener que tener uno. Tener esta enorme red de ordenadores cuánticos que trabajando juntosnos ayudaría a a avanzar más rápidamente en el conocimiento científico. Como dice este artículo de Nature, una tecnología así nos permitiría descubrir nuevos sensores para detectar las ondas gravitacionales o telescopios con una resolución sin precedentes que nos ayude a entender mejor los fenómenos que suceden en el cosmos.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/