Si algo nos ha enseñado ‘Star Wars‘ es que pasar a la velocidad de la luz no es sencillo. Han Solo, de hecho, es claro cuando advierte que “viajar por el hiperespacio no es como dar una vuelta por el campo”. Y es que, a pesar de que en la conocida franquicia de películas saltan a la velocidad de la luz como el que cambia de segunda a tercera en el coche, lo cierto es que, en la práctica, en el día a día, no es tan sencillo. Por no decir que, teóricamente, es imposible.
Sobre esto hay mucho escrito y, en esta ocasión, no vamos a meternos en fórmulas matemáticas y cosas complejas. Vamos a explicar por qué, hasta donde la ciencia, las matemáticas y la física saben, es imposible alcanzar la velocidad de luz. Para ello, tenemos que entender algo relativamente sencillo, y nunca mejor dicho: la conocida fórmula E=mc2.
Einstein ya nos lo advirtió: estamos condenado a ser lentos
Albert Einstein es un científico que no necesita presentaciones. Uno de sus grandes hitos es la teoría de la relatividad, y, para el caso que nos ocupa, la teoría de la relatividad especial, cuya fórmula es por todos conocida: E=mc2. En esta fórmula, que es la equivalencia entre masa y energía, encontramos tres componentes principales, que son:
- E: energía.
- m: la masa de un objeto.
- c: la velocidad de la luz, que en la fórmula está elevada al cuadrado.
La velocidad de la luz en el vacío es de 299.792,458 kilómetros por segundo, aunque siempre suele decirse que es de 300.000 kilómetros por segundo para aproximar y que es lo mismo que decir 1.080.000.000 kilómetros por hora. Sorprendente, simple y llanamente.
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