La vida del pescador

Las de Cascarero son pequeñas embarcaciones propiedad de los pescadores de la zona. fotos de la autora
Las de Cascarero son pequeñas embarcaciones propiedad de los pescadores de la zona. Foto: Leidys María Labrador Herrera

LAS TUNAS.–Siempre he creído que las personas se parecen al lugar donde viven. Es un lazo indescriptible que se crea entre la tierra que pisamos, los colores del amanecer que vemos cada día y hasta el aire que llena nuestros pulmones, con ese pedacito más estrecho de país al que pertenecemos.

Esa fue la sensación que experimenté al poner los pies en el poblado costero de Cascarero, perteneciente al municipio de Jesús Menéndez, porque allí la complicidad absoluta entre la gente y el mar despierta la inspiración y convida necesariamente a escribir.

Mientras el atardecer se acerca y se alistan los botes para una noche de pesca, abro mis oídos a las historias de pescadores, de gente humilde curtida por el salitre, y espero ansiosa el momento de sentarme a escribirlas, porque ellas también hablan de la bondad y la sencillez que habitan en cada rincón de esta Isla.

Wilber tenía solo ocho años la primera vez que salió al mar. Foto: Leidys María Labrador Herrera

VIDAS LIGADAS AL MAR

«Yo tenía alrededor de ocho años la primera vez que me monté en una chalana, aunque desde antes pescaba en la orilla, con cordel. Pero esa pasión creció en mí y jamás me he podido desprender de ella».

Así comenta Wilber Pérez Puig el inicio de su relación con las azules aguas que lo rodean.

«Soy marinero de varias embarcaciones, me he ganado la confianza de los patrones de barcos y salgo con ellos a pescar. Cada día preparamos la embarcación para ir al mar, pero cuando no lo hacemos dedicamos muchas horas a atender los equipos de pesca, remendar el arte, pasarle la mano a un anzuelo. La pesca en el Golfo es muy linda, pero a la vez muy compleja porque pasamos por peligros, por malos momentos», añade el pescador.

Al pronunciar esta última frase se le entrecorta un poco la voz y una triste historia comienza a surgir.

«Salimos a la mar con un tiempo bueno, pero la naturaleza es traicionera. Estábamos un poco pasados de artes de pesca, nos golpeó una ola grande y nos volteó. Yo logré llegar a la orilla sobre las tres o las cuatro de la madrugada y en ese momento me puse muy nervioso porque vi que mi compañero no salió conmigo, lo llamé y no me contestaba.

«Avisamos a Guardafronteras, se unieron todas las embarcaciones de aquí y salimos a buscarlo con la esperanza de que hubiera sobrevivido, pero desgraciadamente lo encontramos y ya no había nada que hacer. No puedo describir ese dolor, perder a un compañero es muy duro y el mar también tiene ese riesgo, pero aun así lo encaramos cada día».

Abel Jiménez Matos no nació en Cascarero, sin embargo, llegó a ese poblado hace 32 años y jamás ha podido desprenderse de él.

«Lo que vi al llegar fue que desde la niñez las personas se vinculan al mar, ese apego nace con ellos y con el paso de los años yo lo he adquirido también.

La tradición se hereda, porque involucra a toda la familia y aunque al final un joven decida estudiar, seguir una carrera y no dedicarse a la pesca, ese sentimiento siempre lo acompaña. Al final uno se enamora del mar, yo mismo llegué para quedarme», asegura.

Ni después de muerto dice Rubén Hill Viera que se aleja, porque la tradición del pescador ha vivido con él desde que veía a su padre hacerlo cada día, cuando el poblado solo lo habitaban algunas familias.

«Mi papá, como dice uno, nació a la orilla del mar y desde niño se dedicó a pescar. Aquí nací yo y toda una vida el mar ha sido nuestra fuente de trabajo, de vida. Yo he salido a otros lugares, he estado en casa de familiares, pero este barrio no lo dejo por nadie. Creo que ni después de muerto me alejo del mar».

LA FAMILIA ES EL REFUGIO DEL PESCADOR

«Cuando miro al horizonte y veo una nube oscura, rezo por todos los que estén allá afuera». Así ha transcurrido la vida de Irma Fernández Ramos, cuyo esposo fue pescador y también lo son sus hijos, ella sabe como nadie de la espera, de la alegría del retorno.

«Yo siempre he vivido aquí y puedo decirte que ese sentimiento de la espera es inexplicable, la preocupación cuando vemos un mal tiempo que se acerca. Verlos regresar es una gran alegría, una tranquilidad».

Una vida dedicada a la pesca le ha demostrado a Wilber el valor de saberse querido por quienes esperan…

«La familia que se queda aquí en tierra está preocupada todo el tiempo, porque sabe que son embarcaciones pequeñas, sin grandes condiciones y su mayor alegría es cuando regresamos. Es una tradición muy hermosa porque hasta entre pescadores nos esperamos, para conversar, para saber cómo nos fue, al final la familia somos todos. Por eso sigo pescando, por ellos y por el amor infinito que me une al mar».

Y el sol comienza a caer. Refleja en las aguas su rostro cansado, y con las primeras sombras del atardecer parten los barcos, con la esperanza de una buena pesca, con el beso familiar como abrigo y con esa complicidad que solo el pescador conoce, esa gracias a la cual el mar los recibe, y ellos le agradecen el sustento.

EN CONTEXTO

Algunos datos del país:

Hay 168 asentamientos pesqueros identificados; en  varios, la  actividad  pesquera  es  el sustento principal y son escasas las  alternativas  de  empleo en otras ramas.

Actúan sobre los recursos pesqueros 3 376 pescadores comerciales estatales y 245 pescadores para autoconsumo.

Realizan pesca comercial privada unos 18 638 y otros 17 600 la deportiva.

Se encuentran vinculados a la acuicultura 2 329 pescadores.

Se vinculan a la pesca estatal de manera indirecta 10 843 trabajadores.

Propósito del proyecto de Ley de Pesca

Establecer regulaciones para el adecuado ordenamiento, administración y control de la pesca, en función de la conservación y el aprovechamiento racional de los recursos hidrobiológicos en las aguas marítimas, fluviales y lacustres de Cuba, con el fin de contribuir a la soberanía alimentaria de la nación.

De ahí se deriva:

Instituir los principios de ordenación de los recursos pesqueros.
Establecer las regulaciones sobre las autorizaciones de pesca (licencias, concesiones y permisos) como medida de ordenación.
Definir las modalidades de pesca comercial -estatal y no estatal-, deportiva, recreativa y de investigación.
Disponer las bases para el funcionamiento del órgano consultivo en materia de ordenamiento pesquero.
Crear los mecanismos de coordinación entre los organismos de la Administración Central del Estado que intervienen en esta actividad.

FUENTE: FUNDAMENTACIÓN DEL PROYECTO DE LEY DE PESCA

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Publicado en Artículos.

Cuba, La Habana. Investigador del Centro de Investigaciones Pesqueras, doctor en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos, y maestro en Ciencias del Agua.

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