Argentina: El desguace del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina

ATE CONICET-CENPAT (Asociación de Trabajadores del Estado del Centro Nacional Patagónico), Puerto Madryn, Chubut, Argentina.

El CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), la institución gubernamental de ciencia y tecnología con mejor desempeño en Latinoamérica según el ranking Scimago[1], y una de las más meritocráticas instituciones públicas de Argentina, está comenzando a sufrir el ajuste que el gobierno ultraderechista de Javier Milei intenta llevar adelante contra todo el sector público. La campaña de desprestigio, necesaria en pos de justificar el recorte de fondos y el despido de trabajadorxs, fue orquestada por el propio Presidente de la Nación, quien antes del balotaje se ocupaba de desmerecer al CONICET y a sus trabajadores argumentando que la institución tiene una producción pobre en comparación con la de la NASA (siglas de la National Aeronautics and Space Administration de los EEUU).

Más allá del espíritu cipayo del contraste, la NASA recibió en 2023 un presupuesto de U$S 25 000 millones, muy por encima de los U$S ca. 400 millones que recibió el CONICET el mismo año. Así y todo, según el mismo ranking Scimago, que utiliza un indicador compuesto que combina el desempeño en investigación, innovación en resultados e impacto social[2], en 2023 el CONICET se ubicó en el puesto 22 entre 1747 instituciones gubernamentales de investigación de todo el mundo, mientras que la NASA ocupó el puesto 28[3]. El presidente mintió de manera premeditada o simplemente es un ignorante en la materia. Cualquiera de las dos opciones es posible.

Actualmente, se desempeñan en el organismo unxs 10,000 investigadores e investigadoras, más de 11 800 becarios y becarias de doctorado y postdoctorado, más de 2 900 técnicos, técnicas y profesionales de apoyo a la investigación y aproximadamente 1 500 administrativos y administrativas, quienes trabajan distribuidos en sus 16 Centros Científicos Tecnológicos (CCT), 8 Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT), un Centro de Investigación Multidisciplinario y más de 300 Institutos y Centros exclusivos del CONICET y de doble y triple dependencia con universidades nacionales y otras instituciones[4], distribuidos en todo el país. La actividad se desarrolla en cuatro grandes áreas del conocimiento: Ciencias Agrarias, de Ingeniería y de Materiales, Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias Exactas y Naturales, y Ciencias Sociales y Humanidades, las que abarcan un amplio espectro disciplinario.

A partir de diciembre del año pasado, cuando se produjo el cambio de gobierno, tanto miembros del Directorio del CONICET como directorxs de CCTs, que a su vez comprenden varias Unidades Ejecutoras o Institutos, así como el personal en todos sus estamentos y los espacios sindicales, han salido a denunciar públicamente los efectos del recorte de fondos que lleva adelante el gobierno nacional contra la institución, y la degradación de la cartera de Ciencia y Tecnología, que pasó de Ministerio a Secretaría.

Es que debido a que aún no existe presupuesto para el 2024, el CONICET funcionaría en principio con el mismo presupuesto del 2023, a pesar que la inflación anual ese año alcanzó el 211.4 % según estadísticas oficiales. Directores de CCTs y de Unidades Ejecutoras del CONICET están advirtiendo que de mantenerse ese nivel de presupuesto, los fondos alcanzarían para pagar salarios y becas hasta el mes de junio, mientras que el dinero para cubrir gastos de funcionamiento de los institutos sólo llegaría hasta marzo o abril. Además, se ha despedido a 50 personas en todo el país (que se suman a otros varios miles de despedidos en el sector público[5]), quienes cumplían roles administrativos en la institución, con un preaviso de sólo dos semanas. Esas personas ya eran trabajadorxs precarizadxs dado que sus contratos se renovaban anualmente, a pesar de que algunas de ellas se desempeñaban en la misma función desde hace más de 10 años. Lxs aproximadamente 1450 empleados administrativos que no fueron despedidos sufrieron una adenda en sus contratos anuales que les puso fin de manera anticipada el 31 de marzo de 2024 (cuando los contratos originales finalizaban el 31 de diciembre de este año). Nadie se sabe qué va a pasar con esxs trabajadores a partir del mes de abril.

Cabe destacar que muchxs contratadxs tienen los salarios más bajos entre todos los estamentos del CONICET, algunos de los cuales se encuentran incluso por debajo del nivel de pobreza. La posibilidad de trabajar y cobrar horas extras en el ámbito estatal, lo que en muchos casos contribuía a redondear un sueldo más o menos decente, también ha sido eliminada.

No es sólo imposible trabajar con ese nivel de precarización, no se puede vivir en una coyuntura donde los costos de la comida y el alquiler se han disparado de forma exponencial y la inflación alcanzó un 25.5% sólo durante el mes de diciembre pasado. Otro de los graves problemas puntuales que el ajuste trajo sobre el CONICET es el retraso en el anuncio de los resultados del concurso para becas doctorales (se había previsto un número de 1300 becas que deberían comenzar el 1 de abril) y de becas para completar el doctorado (unas 300 becas adicionales), el que debería haberse oficializado el 12 de enero pasado, y el de las promociones de la Carrera del Investigador Científico (CIC), que deberían haberse publicado a mediados de diciembre.

El cambio de categoría en la CIC no sólo involucra un mejor salario, sino la posibilidad de tener responsabilidades académicas crecientes (por ejemplo, dirigir doctorandos o desempeñar cargos de gestión dentro del mismo CONICET). Finalmente, se han dado de baja las becas extraordinarias, que son las becas posdoctorales usufructuadas por aquellas personas que tras un exhaustivo proceso de selección han ganado un cargo como investigador/a, hasta acceder al alta correspondiente, un trámite administrativo que demora algunos meses.

La situación es más angustiante desde que se anticipó que se implementaría un sistema de altas por bajas, es decir, que sólo podrá incorporarse personal al CONICET a medida que otras personas que están dentro del sistema se jubilen o renuncien. En suma, Argentina enfrenta nuevamente un ciclo de expulsión de personal altamente capacitado, y por ende, de pérdida de años de inversión.

El ataque pergeñado por el actual gobierno contra el sector científico contribuyó a la activa participación de empleados del CONICET en el paro y movilización del día 24 de enero pasado, que se sumó al repudio del sector por el contenido del Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU N° 70/2023), y a un paquete de leyes, conocido como proyecto de Ley Ómnibus, impulsados por el Poder Ejecutivo Nacional y que se encuentran en tratamiento en las Cámaras Legislativas.

El paro y la movilización, los que han recibido atención de la prensa mundial por la contundencia de las medidas[6] y un amplio apoyo por parte de trabajadorxs en diversos países, fueron convocados por las principales centrales sindicales de Argentina a nivel nacional, la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A) y la Central de Trabajadores de la Argentina, como respuesta al avasallamiento contra las conquistas laborales, la entrega de los bienes naturales y la anunciada privatización de empresas públicas que plantean esos documentos legales, los que implican una fuerte reforma del estado y una brutal transferencia de capitales en favor de sectores empresariales.

A ello se suma la caída estrepitosa en el poder adquisitivo de la población en los primeros 45 días del gobierno (la moneda oficial, el peso argentino, sufrió una devaluación frente al dólar del 54 %[7] en ese período y el estado se corrió de su función de regulador de precios, aún incluso de los de los productos esenciales), y la entrada en vigencia de un fuerte protocolo represivo que apunta a aplacar la protesta social. Otra vez, bajo el discurso de “lo nuevo”, la ultraderecha argentina revive viejos sueños neoliberales que han marcado las épocas de mayores despojos a las grandes mayorías en nuestro país. La lucha recién comienza.

Referencias

[1] https://www.scimagoir.com/rankings.php?sector=Government&country=Latin%20America (último acceso 25/01/2024).

[2] https://www.scimagoir.com/methodology.php (último acceso 25/01/2024).

[3] https://www.scimagoir.com/rankings.php?sector=Government (último acceso 25/01/2024).

[4] https://www.conicet.gov.ar/conicet-descripcion/ (último acceso 23/1/2024).

[5] https://elpais.com/argentina/2023-12-26/milei-anula-por-decreto-mas-de-5000-contratos-de-trabajadores-estatales.html (último acceso 25/01/2024).

[6] https://www.infobae.com/politica/2024/01/25/asi-reflejaron-el-paro-de-la-cgt-los-medios-internacionales/ (último acceso 25/01/2024).

[7] https://www.ambito.com/finanzas/el-peso-argentino-cerro-el-ano-como-la-segunda-moneda-mas-devaluada-del-mundo-n5901666 (último acceso 25/01/2024).

Compartir...
Publicado en Artículos, Medio Ambiente, noticias / news.

Cuba, La Habana. Investigador Titular del Centro de Investigaciones Pesqueras, doctor en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos, y maestro en Ciencias del Agua.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *