Sus facciones, sus gestos, su mirada… nos recuerdan demasiado a nosotros mismos. Mirarlos es como mirarnos en el espejo de la evolución. Algo nos dice que ese animal y nosotros tuvimos un descendiente común… perdido ahora en lo recóndito del capricho evolutivo. Pueden aprender y transmitir conocimientos y habilidades. Son animales que tienen curiosidad y, en cautividad, nos imitan.
Las piruetas y travesuras de las crías de orangután nos recuerdan demasiado a nuestros bebés dando sus primeros pasos e investigando su entorno, invitándonos a la ternura. Es muy difícil sentir indiferencia ante un animal así. Estos sentimientos son naturales ya que son grandes simios como nosotros y tienen un ADN muy similar. Son, podríamos decir, nuestros primos biológicos.
Estos familiares, nuestros primos, viven en libertad en el Sureste Asiático, en las isla de Sumatra y Borneo, pertenecientes a los países de Indonesia y Malasia y no les estamos tratando nada bien.
Una investigación publicada en 2018 en la que colaboraron un equipo de 41 científicos puso de manifiesto que la mitad de todos los orangutanes de la isla de Borneo (Indonesia) se han visto afectados por la extracción de recursos naturales de su hábitat, y que su número ha disminuido en más de 100.000 ejemplares desde 1999.
El número de orangutanes de Borneo se había reducido a la mitad en los últimos 16 años. Estudios recientes también muestran que tanto las poblaciones de orangután de Sumatra como las del recién descubierto orangután de Tapanuli han perdido más de la mitad de su hábitat entre 1985 y 2007.
En numerosas ocasiones, el gobierno de Indonesia ha prometido proteger sus bosques y a los orangutanes que dependen de estos bosques. Pero la realidad es que las plantaciones para la producción de aceite de palma y de pasta de papel siguen expandiéndose a costa de la selva, el hábitat del orangután. Según las cifras publicadas por el Ministerio de Medio Ambiente de este país, alrededor de 24 millones de hectáreas del bosque de Indonesia fueron destruidas entre 1990 y 2015, un área casi del tamaño del Reino Unido.