El estrés de los investigadores

Por Gustavo Arencibia Carballo
garen04@gmail.com
Ilustración:Federico Londoño González

El trabajador de investigación no constituye un prototipo, a pesar de ubicarlos dentro de algunos clichés como una persona entretenida, olvidadizo e inteligente. Pudiera ser, pero no creo sea un modelo actual y menos en la era digital.

Un científico, mejor un trabajador de las ciencias o investigador, suele ser hoy en día una persona, mujer u hombre de características particulares como para agruparlo en varios grupos, desde la sencillez ofensiva hasta la injustificada autosuficiencia, pero más allá de límites y desiguales niveles de desarrollo, el investigador es un ser estresado. Ninguna regla es absoluta y esto no es perfil exacto, pero el individuo dedicado a la planificación, resolver, experimentar, investigar y tal vez tener un resultado, es un ciudadano estresado, aunque no lo crea él o ella o sus colegas.

Se ignora mucho sobre estrés, desde una órbita común, para la mayoría el estrés es solo negativo (distrés) y no es así, también está el estrés agradable, deseable, saludable, positivo (eustrés).

En el ámbito laboral de la investigación con tantas aristas sin resolver, desde el clima donde nos movemos hasta en el insumo mínimo, abastecimiento, la mirada y el sentimiento de la mujer o el hombre en su relación con el entornos se estresa reflejándolo de diversas formas como depresión, baja autoestima, malestar, angustia, reducción de la productividad, etc., esto por el negativo y el positivo puede provocar hiperactividad, demasiada confianza y hasta enfermedades.

La mente responde al estrés con percepciones, conocimientos, rememoraciones, emociones, defensas y mecanismos de enfrentamiento, cambios en las actitudes y en la autoestima, conductas y síntomas.

Alberto  Orlandini

Ahora el tema es como compensar con una disciplina cabal, una moderada inteligencia, buenos planes y objetivos de trabajo, esos estresores invisibles o no tan visibles que no nos mueven de la línea virtual para escamotearnos el óptimo resultado.

Deberíamos con un conjunto de opiniones, tal vez en un equipo de trabajo conformarnos un ambiente mínimo para alcanzar resultados en una investigación.

Publicado en cienciybiologia.com

El 22/03/2014

About Gustavo Arencibia

Gustavo Arencibia Carballo (La Habana, Cuba). Es investigador y escritor. Es graduado en Licenciatura en Bioquímica de la Universidad de La Habana en 1980 y tiene una Maestría en Hidrobiología, realizada en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, Cuba. Hizo su doctorado en el Centro de Investigación Biológica del Noroeste (CIBNOR), Baja California Sur, México, en la temática de Contaminación Marina. Trabaja como investigador en el Centro de Investigaciones Pesqueras (CIP) de Cuba, donde fungió como editor de la Revista Cubana de Investigaciones Pesqueras. Ha colaborado con artículos de opinión en diferentes publicaciones de Argentina, Cuba, España y México. Es director y fundador de la publicación electrónica El Bohío ( ).Tiene publicado el libro Cuentos del barrio mío (México, 2005), y muchos artículos científicos en revistas de ciencia. Escribe artículos de opinión de variados temas, los cuales publica en Internet.

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Publicado en Artículos.

Cuba, La Habana. Investigador Titular del Centro de Investigaciones Pesqueras, doctor en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos, y maestro en Ciencias del Agua.

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