Por Gustavo Arencibia-Carballo
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ilustración del autor
Conocimiento puede tenerlo cualquiera, pero el arte de pensar es el regalo más escaso de la naturaleza.
Rey Federico II El Grande
En la actualidad la divulgación de temas relacionados al medio ambiente en general y al marino u otros más específicos, ocupa una gran cantidad de la información recibida en todo momento de nuestra vida. Una parte de esta información tiene gran valor y el resto tiene sus valores en diferentes niveles.
Sin embargo, en ocasiones hay en estos materiales una cantidad de resquebraduras, supuestos y divagaciones en el conocimiento, las cuales no contribuyen a un mayor impacto de estas formas de comunicación.
Los ecosistemas marinos y la zona costera están impactados por contaminación producida por el hombre desde muchas décadas atrás, llamada hoy contaminación antropogénica. Constantemente recibimos un bombardeo de temas y nuevas propuestas relacionadas a los aspectos de ciencias en boga y en actualidad, así se menciona cambio climático para un excesivo volumen de información y llegamos a achacar el cambio climático a aspectos científicos no demostrados, pero las palabras quedan y se repiten interminablemente culpando a todo movimiento, causa o efecto natural, de que está afectado por el cambio climático, lo cual solo nombro a modo de ejemplo.
La experiencia cuenta mucho para poder discernir entre la verdad, la razón, la hipótesis y la mera especulación, pero soy de los que creen que hasta en lo erróneo hay aprendizaje de mucho valor. Así que, por lo tanto, si leo un artículo que menciona algo relativo a investigaciones o conclusiones dudosas, lo mejor es no quedarnos con la información validada para nuestro acervo científico y cultural, hasta tanto sea un conocimiento valido por otras vías de información.
De aquí que el aprendizaje debe ser continuo, y de aplicación de todo el conocimiento, buscando mucho, tomando lo de mayor valor y sacando conclusiones validas, no para examinar, sino solo para hablar con más razón y certeza, entender con más conocimiento lo que en oportunidades debemos apreciar o solo, simplemente desechar.
Para poder aplicar ese conocimiento al día a día es importante, y en algunos casos imprescindible, conocer que nuestra vida puede verse afectada o influye en nuestro entorno total con nuestras proyecciones y acciones.
La limpieza de una playa en la zona costera es una muy buena razón, pero si vivo a 200 o 300 metros de esa playa y sigo arrojando desechos de todo tipo al entorno de hogar, inevitablemente estos restos irán a depositarse a las costas de ese ecosistema de alguna manera. La actividad de limpieza de playas es importante, pero no es la génesis del asunto. Es por eso que los slogans deben ir acompañados de una fundamentación de conocimientos que los haga de fuerza, de razón, quizás considerando una cadena de valores en el conocimiento.
Estas acciones cuando las analizamos son vitales para proteger el entorno o medio ambiente, acciones tan sencillas como el uso responsable del combustible en las embarcaciones, al botar los desechos urbanos o personales al mar, las construcciones en zona costera sin las regulaciones debidas a lógicas, y lo peor vivir sin no pensar en nada de estos problemas pensando erróneamente no son nuestro asunto. Y que conste de este tipo de individuo hay muchos en la población.
Todo esto no significa, que nuestro conocimiento es completo o absoluto, sino todo lo contrario, nuestro saber y conocimiento y el de las ciencias de nuestra época sufre de manera constante modificaciones o mejoras al saber, al cómo hacer, derrumbando viejos paradigmas que son esos que nos perjudican o nos mantiene alejados de la verdad, y es deber urgente el hacer correcto al proteger y abogar por una zona costera y un mar saludable.
La pesca furtiva es un riesgo personal de quien la practica fuera de las leyes, pero al capturar una especie directamente de talla prohibida o como consecuencia de un esfuerzo pesquero o un arte de pesca por lo general no se libera o no se piensa en que se va disminuyendo las poblaciones de manera indiscriminada. Esto ocurre con miles y miles de pescadores furtivos donde la comprensión real del problema y la protección al medio ambiente, no tienen una aceptable ni correcta percepción de la realidad y entre muchas causas por falta de conocimiento.
La suma de todo esto no es una simple frase de moda, sino toda una necesidad de gran magnitud, para vivir con usos y costumbres acorde a nuestros tiempos, a nuestras necesidades de saber gestionar la vida que nos tocó dentro de un entorno dinámico y tener las precauciones lógicas para andar vivos con moderación y responsabilidad.
Aceptar los mensajes sin cuestionar sus pretensiones no es viable, pensar siempre pensar en los que nos muestran aparentemente sin segundas intenciones.
La globalización también tiende a un pensamiento general, en ocasiones no documentado debidamente y eso es malo a todas luces, pues no se piensa en lo que se dice y se acepta todo pensamiento sin un cuestionamiento lógico de si es correcto o solo aproximación a la realidad o mera especulación.
La presencia del saber hacer y el saber decir, constituye una necesidad para todo momento de la vida, y conocer lo más elemental en conocimiento de los ecosistemas marinos debería ser algo importante para poder entender los que nos comunican o nos dice en los medios, lo cual redundará a la larga en una mejor forma de interpretar la realidad y en una mejor calidad de vida.
12 de febrero de 2020