La depredación del pulpo bebé: ¿el fin de la pesca de la esperanza en el sur de México?

El pulpo maya da sustento a unos 20.000 pescadores en la Península de Yucatán. Se exporta principalmente a Europa. Pero su captura ilegal y la sobreexplotación ponen en riesgo la salud de los pescadores y los ecosistemas

PAOLA MARTÍNEZ Y CLAUDIA OCARANZA
Progreso (México) – 

De una hielera que abarca de lado a lado un pequeño bote de cinco metros de largo, tres pescadores de entre 20 y 35 años sacan un artefacto que a primera vista parecen solo fierros oxidados sobre una tabla de madera. Están conectados a un tanque de cerveza de 30 litros que usan para meter oxígeno por una maraña de mangueras de plástico que parecen no tener fin. El depredador más grande de los pueblos pesqueros de la Península de Yucatán, en el sureste de México, no es un animal mitológico, sino ese tanque de aire casero. Se conoce simplemente como “la compresora” y con ella, los pescadores bucean entre tres y cuatro horas seguidas porque es más barata que un tanque de oxígeno normal. Pero su actividad es ilegal.

En 2018, cuando se popularizó la compresora para la pesca ilegal del pepino de mar en el norte de Yucatán, pescadores de toda la Península fueron allí para aprender a utilizarla, y comenzaron a sacar pepino en otras comunidades. Aunque muchos pescadores y empresarios se enriquecieron, un año después, la captura de esa especie colapsó. Entonces la compresora se siguió utilizando para sacar pulpo.

Jaziel es un pescador que prefiere usar un nombre falso para proteger su identidad. Es alto, robusto y de risa estruendosa. Trabaja como buzo desde hace once años en Lerma, una comunidad de Campeche que aún mantiene una fuerte tradición de pesca con garete. Esta modalidad es la única permitida porque asegura la sostenibilidad de la especie, pero debido al uso desmedido de la compresora, los pescadores legales ya no sacan más de cinco kilos de pulpo al día.

Él, sin embargo, puede sacar más de treinta kilos en un viaje. Un mes antes del inicio de la temporada de pesca (del 1 de agosto al 15 de diciembre de cada año) Jaziel, como muchos otros pescadores irregulares, salió a trabajar con otras tres personas a 20 kilómetros de la costa de Campeche. Ese día, la compresora no encendió y el motor de la lancha se descompuso. El desgaste por el contacto con la sal del mar era visible.

Otro pescador, La Barbie, apodado así por su cabello teñido de rubio, decidió aventarse a pescar a pulmón, como lo hacían antes los buzos. Se colocó un visor, un tubo de esnórquel y se amarró una pinza en el cinturón a modo de pesa y bajó cada uno o dos minutos esperando encontrar algo entre la arena y las bovedillas de construcción que es lo único que se ve en el fondo marino de esta zona.

Luego de cuatro horas de bucear, La Barbie sacó tres kilos de caracol, pepino y un producto que se está popularizando pese a que su captura es ilegal: el pulpo bebé. La cabeza de un pulpo debe medir 11 centímetros para dar la talla mínima legal para pescar, pero estos apenas medían 5. Con la venta no alcanzará para pagar el tanque de 50 litros de gasolina que se desperdició en el viaje, ya que cada kilo de pulpo se vende entre 100 y 150 pesos (entre 5,80 y 8,70 dólares).

Sustento económico

Al pulpo se le conoce como “la pesca de la esperanza” porque con ella alrededor de 20.000 pescadores y sus familias de la Península de Yucatán recuperan todo lo invertido anualmente para reparar sus barcos, cubrir los gastos de sus casas y solicitar préstamos. Pero el animal está en riesgo de sobreexplotación, mientras que los métodos que se usan para su captura ilegal ponen en problemas la salud de los pescadores y de los ecosistemas en los que operan.

Pescadores preparan y reparan sus lanchas en la temporada de veda para el inicio de la pesca de pulpo.

Fuente: https://elpais.com/mexico/2023-12-09/la-depredacion-del-pulpo-bebe-el-fin-de-la-pesca-de-la-esperanza-en-el-sur-de-mexico.html

Compartir...
Publicado en Artículos, Ecología, Medio Ambiente, noticias / news, Pesca.

Cuba, La Habana. Investigador del Centro de Investigaciones Pesqueras, doctor en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos, y maestro en Ciencias del Agua.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *