Coctel de ostiones a la cubana. Se le atribuyen a este marisco propiedades de estimulante sexual aunque no existen evidencias científicas de esa particularidad.
Los lugareños del pequeño poblado costero de Isabela de Sagua, presumen de la calidad de los ostiones que se extraen en esa zona, avalada por las condiciones naturales en las cuales se desarrollan estos moluscos.
La comunidad costanera, ubicada en el norte de Villa Clara, cuenta con un grupo de cayos de abundantes canales y una cubierta vegetal compuesta mayormente por mangle rojo, a lo que contribuyen los aportes fluviales del río Sagua la Grande, que propician el desarrollo de bancos naturales.
Los ostiones, emparentados con las ostras, son aprovechados como alimento por su alto valor nutritivo ya que contienen vitaminas A, B, C y D; compuestos glicerofosfóricos; cloruros; carbohidratos y proteínas en cantidades adecuadas, cualidades a la que se añade su fácil digestión.
Estos animales pertenecientes a un género de moluscos bivalvos, se distinguen por presentar una concha de forma irregular y asimétrica, cuya cara exterior es áspera y oscura que contrasta con la interior de superficie lisa.
Se le atribuyen a este marisco propiedades de estimulante sexual aunque no existen evidencias científicas de esa particularidad.
Estos moluscos se utilizan de forma variada, en la cocina pueden servirse frescos, guisados, ahumados, en vinagre, enlatados, secos, en su concha y en tantas formas como dicte la inventiva.
La tradicional extracción del ostión, uno de los renglones económicos de Isabela de Sagua, está favorecida por su cultivo, que evita prácticas destructivas en las raíces del mangle, humaniza el trabajo y protege al medioambiente, ya que no depreda las poblaciones naturales. /Luz María Martínez Zelada