Sin registro de intoxicaciones

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La pesca de barracuda potenciaría la actividad deportiva en Dzilam

Las barracudas de Dzilam, libres de la ciguatera

El doctor Gustavo Arencibia Carballo, investigador titular del Centro de Investigaciones Pesqueras de La Habana, Cuba, nos comparte el siguiente texto, fruto de un viaje a la costa yucateca:

De los encantos de un poblado costero y de sus muchas formas de vidas, maravillosas y variadas es fácil conversar, sobre todo para los que aman esas inesperadas sorpresas que le dan los hábitats de los pueblos marinos.

Así y bajo ese tenor hemos llegado a Dzilam de Bravo, un asentamiento costero del estado de Yucatán, México; que es sin duda alguna y cuando te internas en sus calles un espacio salido de la literatura fantástica por lo hermoso, tranquilo y por su riqueza faunística.

Este enclave tiene bellezas innumerables, tiene personas muy amables, tiene historia, pues por este lugar desembarcaron los españoles lidereados por Francisco de Montejo, padre, para iniciar la conquista de la península, la tumba del célebre pirata del siglo XIX, Jean Laffite, pero además de todo esto, tiene para solaz y esparcimiento de los amantes a la pesca la presencia de las barracudas (“Barracuda sphyraena”) una especie de pez, que por su tamaño y características intrínsecas al ser pescada, es un trofeo natural y al que es obligado considerar y hablar de ellas.

La pesca como actividad del poblado es muy importante, lo cual es evidente por la presencia de muchas embarcaciones y las cuales ancladas en su litoral dan fe de su abundante pesca, lo cual hace que se reconozca como un puerto pesquero de importancia por sus muelles y otras instalaciones.

Las barracudas son carnívoras y su alimentación es básicamente de animales más pequeños como peces, invertebrados marinos y crustáceos, entre otros, sin descartar una gran agresividad para presas mayores.

Estos animales son una especie altamente depredadora que está caracterizada por ser muy peligroso su consumo y ser un vector de la ciguatera, sin embargo, esta intoxicación alimentaria tiene su génesis en un grupo de microalgas que producen las biotoxinas y que posteriormente la consumen en zonas de arrecifes y otros biotopos los peces pequeños que viven en esos lugares, que posteriormente son devorados por las barracudas produciendo un efecto de magnificación y bioacumulación de las biotoxinas.

El área normal de las barracudas son los hábitats costeros, zonas de arrecifes de coral y seibadales donde se siente a gusto y protegidas, aunque es posible su vida en las profundidades del mar abierto, aunque no es lo usual en ellas.

La ciguatera se considera puede ocurrir en cualquier pez semi-pelágico y algunos pelágicos los cuales en su dieta se alimentan de peces pequeños que son los que se alimentan de especies más pequeñas o las propias microalgas, origen del tránsito de las toxinas hacía especies mayores donde se bioacumular las toxinas y posteriormente con la pesca se produce el consumo del hombre y la intoxicación. Sin embargo, es importante señalar que sin la presencia de las microalgas que producen las biotoxinas no existe ciguatera.

Países como Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos tienen por legislación prohibida la pesca y comercialización de esta especie, debido al alto riesgo que presenta el consumo de barracuda de ser potencialmente ciguata, lo cual está corroborado científicamente, pero esta potencial condición es dada además de las características del organismo por el habitat donde vive, y de si se desarrollan las microalgas o no que provocan las biotoxinas responsables de la intoxicación.

Llama poderosamente la atención las barracudas de Dzilam de Bravo, que con una población de casi 5,000 habitantes y en una gran mayoría dedicados a la pesca y la comercialización de este pescado. Y vale comentar que no hay reportes de ciguatera en más de cinco décadas en esta población hasta donde alcanza la memoria de muchos pescadores, familiares de los mismos y personas del lugar, los cuales alegan no conocer o ni siquiera saber detalles de la intoxicación.

En Cuba la resolución No. 457/96 del Ministerio de la Industria Pesquera, ahora Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), prohíbe para todo el territorio nacional la captura, el desembarque y comercialización de las especies consideradas potencialmente como toxicas, entre las que se encuentra la barracuda.

En Puerto Rico, los júreles de mayor tamaño y las barracudas tienen la mala reputación de ser portadores de cantidades perjudiciales de las toxinas que causan ciguatera en la salud humana. La venta de estos peces está prohibida en la isla.

Pero de estos países citados las regulaciones están fundamentadas en casos reales, casos documentados y probados científicamente, donde aún aparecen casos de ciguatera con cierta frecuencia de aquellos que ignoran las regulaciones y recomendaciones legales para áreas de esos países y especies como la barracuda entre otras.

Bajo riesgo

Ahora Dzilam de Bravo también documenta un aval importante como zona de bajísimo riesgo por ciguatera, por no decir ningún riesgo al no presentar para la región costera de Yucatán y esta área marina en especifico casos documentados de ciguatera, por lo cual hoy viven felices los pescadores y los habitantes.

Aún hay personas que no comprenden esta situación y no valoran el ecosistema de Dzilam con normativas y conocimientos de otros lugares, que no aplican aquí hasta el momento, pues el área marina y la población de barracuda expone una salud de estos animales muy buena, para su consumo en la alimentación.

Otra opción, la cual puede ser revalorar el recurso pesquero en su explotación, instrumentando para este recurso la de pescar y liberar, una variante sustentable, poco agresiva y rentable de la pesca deportiva, cuya demanda aumenta y que dada la experiencia de los pescadores de este lugar podría aplicarse muy bien con un adecuado plan de manejo y divulgación dirigido a el sector de pesca deportiva.

Entonces a pesar de que la barracuda está en la cima de la trama alimentaria en cuanto su voracidad y agresividad, además sigue constituyendo un excelente manjar en las mesas de los pobladores de esa hermosa región, que no solo se destaca por su buena pesca sino por otras bondades naturales que la hace digna de admiración.

Será importante en el futuro dedicar atención a este tan importante ecosistema a modo de documentar la estadística de especies como “Barracuda sphyraena” que hoy no tiene un registro histórico y sistemático de captura, y del tamaño de sus poblaciones, con la idea de proteger la sustentabilidad de este recurso pesquero.

Así tenemos que para la región del Caribe y Centro América la problemática de la ciguatera en cuanto al tipo de pescado potencialmente toxico, se presenta como un suceso de ocurrencia durante todo el año, con predominio en el verano, pero no está claro la presencia de las toxinas o con un porcentaje de concentración por especies muy bajo y aceptado, existiendo una fuente estadística y de información, limitada y con un alto nivel de incertidumbre, lo cual no implica haya regiones como Dzilam de bajísimo riesgo o riesgo cero con esta intoxicación.

Los mapas de riesgos por región y especie pudieran ser una solución adecuada y útil, para identificar con mayor precisión y establecer un mejor control de la ciguatera en cuanto al tipo de pescado potencialmente tóxico y en este caso que nos preocupa avalar su buen estado de salud, lo cual planteamos y que debe ser conocido por consumidores.— Gustavo Arencibia Carballo.

Fuente: Diario de Yucatán

 

 

 

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Publicado en Artículos.

Cuba, La Habana. Investigador del Centro de Investigaciones Pesqueras, doctor en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos, y maestro en Ciencias del Agua.

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