El buque de la Guardia Costera de los EE. UU. USCG Boutwell vigila a un barco pesquero chino, sospechoso de pesca ilegal en el océano Pacífico norte. (Foto: Contramaestre de la Guardia Costera de los EE. UU. Jonathan R. Cilley).
Por Lauren Monsen/ShareAmerica
Marzo 05, 2021
La pesca ilegal plantea una grave amenaza a las economías, al medioambiente y a la seguridad de los países de la cuenca del Pacífico, según la Guardia Costera de los Estados Unidos y un nuevo informe publicado en la revista Science Advances.
El informe Iluminando a las flotas pesqueras oscuras en Corea del Nortedestaca los riesgos de la pesca ilegal en la cuenca del Pacífico, y fue realizado por el centro de investigación científica Observador de Pesca Mundial (GFW en inglés), una entidad con sede en Washington, y por un grupo internacional de organizaciones de investigación. GFW dice que las “flotas oscuras” son buques que no transmiten su ubicación, un común indicador de que están participando en la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR).
GFW utilizó tecnología satelital y aprendizaje automatizado para rastrear la pesca realizada por naves chinas en aguas de Corea del Norte, posiblemente pescando en violación de sanciones de las Naciones Unidas.
El informe destaca que entre 2017 y 2018 alrededor de 1600 naves chinas capturaron casi tanto calamar volador del Pacífico como Japón y Corea del Sur juntos; más de 160 000 toneladas métricas, valoradas en más de USD 400 millones.
EE. UU. advierte que la República Popular China (RPC) subsidia gran parte de la actividad pesquera del país. Esa pesca viola habitualmente los derechos soberanos y la jurisdicción de los países ribereños.
En Washington, el Almirante Karl Schultz, comandante de la Guardia Costera de los EE. UU., informó a la prensa el 20 de octubre sobre los esfuerzos de los EE. UU. para mantener la gobernabilidad marítima en el Pacífico. También se refirió al fortalecimiento de las asociaciones de los EE. UU. con países cuyas economías y recursos naturales están amenazadas por la práctica de la pesca ilegal, por países depredadores en todo el planeta.
Tanto la Guardia Costera de los EE. UU. como el GFW advirtieron que la pesca INDNR provoca pérdida por USD miles de millones en todo el mundo, reduce las reservas pesqueras y pone en peligro los ecosistemas marinos, la seguridad alimentaria y el medio de vida de comunidades pesqueras legítimas, que dependen de los alimentos marinos como fuente primaria de sus ingresos y de sus proteínas dietéticas.
Solucionar el comportamiento ilegal
El Almte. Schultz advirtió que la pesca INDNR “es sintomática de una vulnerabilidad mayor de seguridad” particularmente en los Estados ribereños “que tienen capacidad limitada para patrullar sus dominios marítimos o arrestar y enjuiciar a los actores criminales”. Con frecuencia la pesca INDNR ocurre en concierto con otras operaciones ilícitas, incluyendo las atrocidades de la trata de personas y el trabajo forzado, tanto como el contrabando de sustancias ilícitas. Sin embargo, agregó el Almte. Schultz, una acción colectiva “puede erradicar estas amenazas a nuestra prosperidad colectiva”.
Aunque citó la amenaza ecológica a las Islas Galápagos a causa de los barcos pesqueros de la RPC, el Almte. Schultz dijo que la pesca de esos barcos frente a Sudamérica o en otros lugares no siempre es ilegal. Sin embargo “cuando se entra sin permiso en aguas de una nación anfitriona, es entonces que comenzamos a tener algunos problemas”.
Tabitha Mallory, profesora en la Universidad de Washington especializada en política exterior y medioambiental de la RPC, dijo que Beijín ha tomado algunas medidas correctoras, pero que no son suficientes.
“Los hechos más importantes han sido la decisión de la RPC en 2017, de poner un tope a la flota a 3000 [embarcaciones], aunque no ha puesto un tope a la capacidad total de pesca; así como a la revisión de sus regulaciones para la pesca en aguas distantes anteriormente este año [2020], que por primera vez incluye reconocimiento de la pesca INDNR”.
Mallory dijo que esas medidas fueron en respuesta a la presión internacional, luego de incidentes de alto perfil como el hundimiento de un barco pesquero de la RPC por la Guardia Costera de Argentina en 2016.
Mallory indicó que los subsidios pesqueros de la RPC a su flota pesquera se calculan en un 27 por ciento del total de los subsidios pesqueros del mundo en 2018. “El subsidio a la pesca hace que la industria tenga ganancias cuando no las tendría en otro caso, y ello conduce a la sobrepesca y a la pesca INDNR”.
“Es importante que todos reconozcan que la pesca sostenible está en el interés a largo plazo de todos en el planeta, incluyendo China”, declaró Mallory.