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Los primeros ‘Homos’ aumentaron la superficie de piel expuesta al viento y por tanto multiplicaron su capacidad de combatir el calor interno
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El sudor nos permitía controlar la temperatura interna, pero venía con un importante contra, el riesgo de deshidratación
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Los humanos ‘gastamos’ menos agua que otros primates, pero necesitamos beber más agua pura para hidratarnos
Los humanos tenemos que beber más agua que la inmensa mayoría del resto de mamíferos del planeta. Necesitamos hidratarnos con mucha frecuencia para sobrevivir. La falta de hidratación es mortalen sólo unos días, incluso horas. Por eso la búsqueda de agua está embebida en nuestro ADN hasta el punto de que llegó a condicionar nuestra evolución como primates.
Los humanos bebemos más agua que la mayoría de mamíferos y nuestra sed condicionó nuestra evolución
Imagen de archivo.PEXELS
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Los primeros ‘Homos’ aumentaron la superficie de piel expuesta al viento y por tanto multiplicaron su capacidad de combatir el calor interno
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El sudor nos permitía controlar la temperatura interna, pero venía con un importante contra, el riesgo de deshidratación
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Los humanos ‘gastamos’ menos agua que otros primates, pero necesitamos beber más agua pura para hidratarnos
Los humanos tenemos que beber más agua que la inmensa mayoría del resto de mamíferos del planeta. Necesitamos hidratarnos con mucha frecuencia para sobrevivir. La falta de hidratación es mortalen sólo unos días, incluso horas. Por eso la búsqueda de agua está embebida en nuestro ADN hasta el punto de que llegó a condicionar nuestra evolución como primates.
Esa es la conclusión a la que llega el biólogo e investigador de la Universidad de Pennsylvania State, Asher Y. Rosinger, enun artículo publicado en Scientific American. Rosinger explica que a diferencia del Australopithecus, los primeros Homos tenían un cuerpo mucho más alargado y la capa de pelo que lo cubría era mucho menor que la de sus primos hermanos. Esto aumentó la superficie de piel expuesta al viento, y por tanto aumentó su capacidad de combatir el calor interno.
Además de mayor superficie y de menos pelo, que la evolución hizo que fuésemos perdiendo paulatinamente para mejorar ese termostato natural, desarrollamos una concentración de glándulas sudoríparasmucho mayor que la del resto de primates. La estrategia evolutiva fue tan efectiva que Martin Hora, investigador de la Universidad Charles de Praga, defiende que se convirtió en una estrategia de caza. Los Homo Erectus eran capaces de perseguir a sus presas hasta que estas caían desvanecidas por exceso de temperatura interna. Podían mantener cacerías de fondo de hasta 5 horas seguidas, perdiendo un 10% de su masa corporal durante el proceso.
El sudor nos permitía controlar la temperatura interna, pero venía con un importante contra, el riesgo de deshidratación.
Necesitamos más agua que el resto de primates
De acuerdo con un reciente estudio del investigador de la Universidad de Duke, Herman Pontzer, los humanos utilizamos menos agua que, por ejemplo, los chimpancés para sobrevivir. Sin embargo, dependemos más del agua pura, frente al agua que se obtiene de los alimentos, que el resto de primates.
comemos) para los hombres y 2’7 litros para las mujeres. La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria rebaja esa cantidad a 2’5 y 2 litros respectivamente. Pero se trata sólo de una media. La necesidad de agua y sobre todo la sensación de sed varía mucho de una persona a otra.
De hecho, el autor del artículo asegura que existen estudios experimentales en ratas y ovejas que apuntan a que esa sensación de sed se nos queda impregnada de por vida desde la etapa fetal y de lactancia. Según estos estudios, todavía en fase preliminar y por lo tanto no concluyentes, el hijo de una embarazada que sufre escasez de agua tendría menos sed en el futuro.
necesita de sus alimentos, principalmente de la fruta.
Para Rosinger, la variación refleja la necesidad que tenemos de encontrar una fuente de agua no contaminada. Ante la dificultad de encontrar manantiales limpios en plena selva, los nativos dependen más de su ingesta de alimentos que un humano en una cultura occidental.
No sólo somos capaces de aprender técnicas de hidratación, memorizar fuentes o manantiales de los que dependerá nuestra supervivencia, etc. Los humanos hemos aprendido a adaptar nuestras pautas alimenticias dependiendo del contexto, pero siempre con un mismo objetivo en el horizonte, asegurar nuestra ingesta de agua estemos donde estemos.
Fuente: https://www.niusdiario.es/ciencia-y-tecnologia/ciencia/humanos-bebemos-mas-agua-mayoria-mamiferos-nuestra-sed-condiciono-evolucion_18_3156571939.html