Mar Caribe: el OIEA ayuda a explorar los vínculos entre la salubridad del medio marino y la sedimentación 15/01/2021 Omar Yusuf, Departamento de Cooperación Técnica

OIEA

 Puerto de Kingston (Jamaica) (Fotografía: G. Davidson/Wikimedia Commons)

El OIEA ha estado prestando apoyo e impartiendo capacitación a varios países de América Latina y, de esta forma, ha fomentado las iniciativas para estudiar los sedimentos en el mar. Los análisis y los datos generados pueden ser de utilidad para la elaboración y la ejecución de programas nacionales sobre la ordenación de las zonas costeras. En noviembre de 2020 se publicaron algunas de las conclusiones más recientes en el Journal of Environmental Radioactivity.

¿Qué son los sedimentos en el agua?

Los sedimentos en el agua son partículas diminutas que suelen ser producto de fenómenos de desgaste y de la erosión del suelo. Año tras año, las actividades humanas, tales como el transporte marítimo en portacontenedores, el turismo y la pesca en barcos de arrastre, generan una cantidad cada vez mayor de sedimentos.

De existir una concentración elevada de estas partículas en el agua, la sostenibilidad de las actividades humanas y la supervivencia de las especies marinas pueden verse amenazadas. En las aguas turbias, los sedimentos en suspensión bloquean el paso de la luz solar hacia el lecho marino, lo que dificulta la fotosíntesis y puede llegar a causar la muerte de diversas especies. Asimismo, en los mares demasiado turbios los huevecillos de los peces y los anfibios se desanidan, las especies autóctonas se hacen menos competitivas y el atractivo estético del agua disminuye, lo que afecta a la industria del turismo y la recreación.

A pesar de ser una amenaza para los ecosistemas marinos de todo el mundo, cada año se desprenden entre 750 000 y 1 millón de toneladas de sedimentos en el mar Caribe, con los consiguientes perjuicios para el medio marino y las industrias regionales de la pesca.

Estudio sobre los sedimentos en el mar Caribe, publicado en 2020

Se estudió la sedimentación en las bahías de Cartagena (Colombia), La Habana (Cuba), Amatique (Guatemala), Puerto Príncipe (Haití), Puerto Cortés (Honduras), Bluefields (Nicaragua) y Almirante (Panamá). También se estudiaron las desembocaduras del río Haina (República Dominicana) y del río Coatzacoalcos (México), el puerto de Kingston (Jamaica) y el golfo de Cariaco (República Bolivariana de Venezuela). (Fotografía: Ruiz Fernández/Instituto de Ciencias del Mar y Limnología)

Se trata del primer estudio de este tipo realizado en el mar Caribe y sus resultados fueron publicados en el Journal of Environmental Radioactivity. En él se constató que la sedimentación y la colmatación han estado aumentando en la región desde la segunda mitad del siglo XX, principalmente debido a la deforestación, la erosión del suelo y una gestión deficiente de los desechos provenientes de las ciudades y la industria. Además de arrojar luz sobre la magnitud del problema de la sedimentación en el mar Caribe, el estudio proporciona datos de referencia con los que las autoridades pueden evaluar el éxito de políticas e iniciativas futuras.

El estudio se llevó a cabo por conducto de la Red de Investigación Marino-Costera (REMARCO), creada en 2018 con el apoyo de un proyecto regional del Departamento de Cooperación Técnica del OIEA. En la investigación se analizaron sitios de sedimentación en zonas costeras de 11 países (Colombia, Cuba, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y República Bolivariana de Venezuela).

En el estudio se llegó a la conclusión de que la acumulación de sedimentos se había multiplicado de 8 a 21 veces desde mediados del siglo pasado. Mediante la datación de las muestras con un radioisótopo del plomo, 210Pb, los científicos pudieron hacer modelos y simulaciones para finalmente definir cuándo y en qué cantidades había ocurrido la acumulación de sedimentos. La mayoría de los aumentos se atribuyeron a la erosión continental, probablemente relacionada con cambios en el uso de la tierra en las cuencas de los principales ríos.

“Existen diversas causas que explican el aumento. Por ejemplo, los sistemas de drenaje que desembocan en el mar, la deforestación y las malas prácticas agrícolas”, explicó Ana Carolina Ruiz Fernández, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Autónoma de México y coautora del estudio. “La práctica de talar y quemar bosques para crear zonas de uso agrícola y los monocultivos hacen que el suelo pierda su capacidad de retención y termine llegando a las costas en forma de sedimentos”, añadió.

La presencia de sedimentos puede suponer una amenaza para la biodiversidad y es especialmente preocupante debido al valor económico que tiene el medio marino para la región del Gran Caribe. Alrededor del 60 % del producto interno bruto (PIB) de los países de la región depende de la salubridad y el buen estado del mar.

Las zonas costeras a lo largo del mar Caribe suelen ser zonas densamente pobladas y estar expuestas a contaminación ambiental producto de las actividades del ser humano. Dada la falta de programas regionales de monitoreo, no ha sido posible evaluar con precisión los efectos a largo plazo de las actividades humanas en la salud y la sostenibilidad del ecosistema marino.

Más de 10 años de fomento de capacidades de los laboratorios de estudios del medio marino

Desde 2007, por conducto de su programa de cooperación técnica, el OIEA ha reforzado las capacidades de los países participantes en América Latina y el Caribe para que monitoreen la creciente sedimentación en el mar Caribe. El Organismo ha impartido talleres y cursos de capacitación regionales sobre la toma de muestras y el procesamiento de datos en los sitios de sedimentación, en base a la geocronología de los sedimentos costeros y marinos, y sobre la aplicación de los modelos de datación por 210Pb para estudiar los cambios medioambientales en los sedimentos costeros.

El OIEA también proporcionó a los laboratorios nacionales participantes equipos e insumos, tales como nucleadores de gravedad, que se emplean para muestrear capas de sedimentos, y hornos de secado y de mufla, que se usan para eliminar el agua y preparar las muestras en estudio. Asimismo, se fomentaron capacidades analíticas en la región, mejorando las capacidades de análisis de emisores gama (Colombia y México), emisores alfa (Cuba y Nicaragua), mercurio (Nicaragua) y análisis por fluorescencia de rayos X (Cuba).

En paralelo, más de 20 profesionales de la región recibieron cursos de capacitación prácticos en laboratorios especializados y aprendieron cómo realizar mediciones radiométricas, identificar contaminantes en muestras de sedimentos e interpretar los resultados de laboratorio.

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Publicado en Artículos.

Cuba, La Habana. Investigador del Centro de Investigaciones Pesqueras, doctor en Ciencias en el Uso, Manejo y Preservación de los Recursos, y maestro en Ciencias del Agua.

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